Hola, me llamo Mafalda y soy una compradora compulsiva. Si hubiera un grupo anónimo, tipo película americana que se reunen en una iglesia, toman café y bollos mientras cuentan su adicción, me apuntaría de cabeza!
Por mi nueva situación laboral, mis comprar se han reducido drásticamente; eso y quitarme la visa (invento maligno que te permite gastar y gastar sin que te enteres, hasta que llega primero de mes y zas.. extracto de tres cifras)
Y como "lo he dejado" por necesidad y no porque me haya dado cuenta que el consumismo como deporte es malísimo; me autoinflijo tentaciones y retos diarios, para poner a prueba mi fuerza de voluntad.
Así que, leo todos los blogs de moda de las famosas, que lo mismo se ponen un pantalón de Zara (bien!! eso me lo puedo comprar) como un bolso pequeñito de Chanel (que si dejara un mes de comer, de pagar la hipoteca y respirar, aún le debería dinero a la Sra. Coco, porque la prestación del paro no entiende de "básicos atemporales")
Después de ver lo monas que van todas las bloggers y de aprenderme todas las novedades del mundo Inditex, salgo a la calle.. Es la gran prueba del día, puesto que vivo en el centro y estoy rodeada de tiendas.
Miro los escaparates, entro y confirmo que me lo compraría todo; pero resisto a la tentación..
Y así durante unos días, hasta que estoy obsesionada por el vaquero de turno, y por la camisa de leopardo (perdón, print animal, que yo soy fashion) que lleva todo el mundo..
Como si fuera desnuda por la vida, cojo el vaquero, la camisa (y una americana "ideal" que he encontrado) y me lanzo al probador. No tengo remordimientos, porque los necesitoooo..
Llega la cruda realidad: los vaqueros no me entran, con la camisa parece que he salido del circo y la americana me queda fatal. Y en vez de salir con una amplia sonrisa porque el destino me ha ayudado a no gastar, me agobio pensando que hay otro kilo en mi cuerpo al que vestir, que no soy tan moderna como creía y mi tipo es raro.
Camino desolada hacia casa y paso por una tienda de bolsos; mi tarjeta en forma de demonio sonríe y me susurra: es por tu bien; a él no le importan tus lorzas y te hará la más guay de la ciudad.
Con la adrelina por las nubes, me siento en el sofá con la tarea hecha. Tras unos buenos spaguettis carbonara, guardo mi bolso nuevo en el armario. En ese momento, sufro la angustia: hay como unos treinta para ir siempre con el mismo, he gastado sin necesidad y he cubierto mi ingesta de hidratos de carbono para un mes si quiero mantener mi talla.
Tomo una firme decisión: devolveré el bolso, comeré lechuga y cambiaré de deporte favorito.. adiós consumismo, hola running. Pero creo que empezaré mañana, porque he visto en la tele una crema que me va a dejar como una sílfide (tendré que comprarla no?) y para cenar toca pizza :)
Miro los escaparates, entro y confirmo que me lo compraría todo; pero resisto a la tentación..
Y así durante unos días, hasta que estoy obsesionada por el vaquero de turno, y por la camisa de leopardo (perdón, print animal, que yo soy fashion) que lleva todo el mundo..
Como si fuera desnuda por la vida, cojo el vaquero, la camisa (y una americana "ideal" que he encontrado) y me lanzo al probador. No tengo remordimientos, porque los necesitoooo..
Llega la cruda realidad: los vaqueros no me entran, con la camisa parece que he salido del circo y la americana me queda fatal. Y en vez de salir con una amplia sonrisa porque el destino me ha ayudado a no gastar, me agobio pensando que hay otro kilo en mi cuerpo al que vestir, que no soy tan moderna como creía y mi tipo es raro.
Camino desolada hacia casa y paso por una tienda de bolsos; mi tarjeta en forma de demonio sonríe y me susurra: es por tu bien; a él no le importan tus lorzas y te hará la más guay de la ciudad.
Con la adrelina por las nubes, me siento en el sofá con la tarea hecha. Tras unos buenos spaguettis carbonara, guardo mi bolso nuevo en el armario. En ese momento, sufro la angustia: hay como unos treinta para ir siempre con el mismo, he gastado sin necesidad y he cubierto mi ingesta de hidratos de carbono para un mes si quiero mantener mi talla.
Tomo una firme decisión: devolveré el bolso, comeré lechuga y cambiaré de deporte favorito.. adiós consumismo, hola running. Pero creo que empezaré mañana, porque he visto en la tele una crema que me va a dejar como una sílfide (tendré que comprarla no?) y para cenar toca pizza :)
Como has acertado,yo creo que tod@s nos identificamos contigo.Entre las compras,los kg de mas y el dinero que escasea,lo unico que nos queda son los carbohidratos, que estan buenisimos y son baratos
ResponderEliminarSe me olvidaba lo del "deporte" el que mas me gusta es el sofin
ResponderEliminarAinssss si es que deberíamos haber nacido ricas!!!! todo el día de compras, siempre a la ultima, y comiendo lo que nos diera la gana porque luego nos instructor (que estaría buenísimo) nos lo quitaba a base de deporte... En fin... yo también me he quitado las compras... y hay tantas cosas bonitas!!!!! N
ResponderEliminarBuenísimo! Que gran verdad! Yo cómo dice Nerea tb creo que deberíamos haber nacido ricas... Lo peor de todo es que cuando uno no puede gastar lo ve todo fantástico! Y lo peor es que nada te quede bien (pero cariño tu estás increíble! No sabes lo que es tener un culo cómo el mío y que ningún pantalón te entre! :P jajaja Besitos de tu fan número uno A.
ResponderEliminarGracias por comentar en mi blog, me quedo en el tuyo para apoyarte porque me gusta lo que dices y además soy una fan incondicional de Mafalda y que tú lleves su nombre me agrada mucho.
ResponderEliminarEncantada de haberte conocido.